No hay duda de que la cerveza es la opción más popular de alcohol, especialmente en verano, cuando las cañitas en una terraza se vuelven casi una rutina. Incluso en otras épocas del año la gente disfruta abriendo una cerveza fría después de un largo y agotador día.

Con sólo entre un 5 y un 12% de alcohol, la cerveza se considera menos perjudicial que otras bebidas alcohólicas. Varios estudios sugieren que beber cerveza puede aumentar la longevidad, reducir el dolor y disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas.

Aun así, no debemos olvidar que contiene cierta cantidad de alcohol y que su consumo excesivo y regular puede abrir las puertas a varios problemas de salud. En este artículo te contamos qué puede pasar exactamente si bebes cerveza a diario.

¿Qué pasa si bebes cerveza todos los días?

Una barriga cervecera

En efecto, la cerveza tiene un bajo contenido de alcohol, pero también es extremadamente alta en calorías. Una pinta de cerveza (aproximadamente medio litro) contiene aproximadamente 150 calorías y con el aumento de la cantidad de alcohol el número de calorías aumenta.

Por lo general, la gente bebe más de una botella de cerveza, lo que hace que el recuento total de calorías sea excesivo. Las calorías provenientes del alcohol son diferentes de las que se obtienen de los alimentos.

Este tipo de calorías se asientan directamente en la sección media que conduce a una barriga cervecera y todos sabemos que la acumulación de grasa en el abdomen es la más peligrosa de todas y difícil de perder.

El efecto saciante de la cerveza también podría evitar que recibas otros nutrientes necesarios, o que consumas poca fibra.

Riesgo al corazón y riñones

El consumo excesivo de cerveza puede dañar el músculo cardíaco, aumentando el riesgo de infarto, hipertensión, diabetes de tipo 2 y fibrilación auricular.

El riesgo es aún mayor en los bebedores empedernidos semanales (dos veces a la semana) en comparación con los habituales. Esto se debe a la fluctuación repentina del nivel de presión arterial.

Beber cerveza con alto contenido de alcohol puede ponerle en riesgo de sufrir hipertensión y enfermedades renales. Esto se debe a que la cerveza es diurética y puede suponer un esfuerzo adicional para los riñones.

También puede provocar deshidratación y alterar el equilibrio de electrolitos del organismo. A largo plazo, puede dañar los riñones y provocar cálculos renales o insuficiencia renal.

Carencia de algunas vitaminas

El consumo regular de cerveza puede aumentar la demanda metabólica de ciertas vitaminas y minerales. Cuando estas demandas no se satisfacen, observarás efectos en tu salud general.

Para metabolizar el alcohol, nuestro cuerpo necesita algunos nutrientes adicionales, como algunas vitaminas del grupo B. Podemos obtener fácilmente los nutrientes de la dieta diaria, pero el cuerpo tiene que esforzarse por absorberlos para satisfacer la necesidad excesiva.

A la larga, esto puede provocar una carencia de vitaminas e incluso puede perturbar el funcionamiento interno del organismo.

Perturbaciones del sueño y depresión

El alcohol y el sueño reparador no combinan bien. Los resultados de algunos estudios sugieren que beber cerveza puede seguramente ayudar a una persona a conciliar el sueño rápidamente, pero no dura mucho.

El sueño de movimientos oculares rápidos (REM), que es una fase del sueño profundo, sólo se produce durante unos 90 minutos después de acostarse. Esto conduce a la somnolencia diurna, la falta de concentración y la fatiga.

En realidad, el alcohol perturba tanto el sueño como el estado de ánimo. Algunas personas incluso padecen insomnio nocturno debido al consumo excesivo de alcohol.

Las investigaciones sugieren que las personas que consumen alcohol a diario, y en cantidades elevadas, tienen un riesgo mayor de sufrir depresión cuando se les compara con los bebedores moderados o los no bebedores.

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